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Las cobras reales y los gecos son parte del 20 por ciento de los reptiles que está en peligro de extinción

Alrededor del 20 por ciento de las especies reptiles está en peligro de extinción, principalmente porque la gente les está quitando sus hábitats para usarlos en la agricultura, los desarrollos urbanos y la explotación forestal, según la primera evaluación mundial de reptiles en su tipo.

Desde los gecos de 3 centímetros hasta la icónica cobra real, al menos 1829 especies de reptiles —incluidos lagartos, serpientes, tortugas y cocodrilos— están amenazadas, según reveló el estudio.

La investigación, publicada el miércoles en la revista científica Nature, añade otra dimensión al conjunto de evidencias científicas de peso que apuntan hacia una crisis de biodiversidad causada por el ser humano, similar al cambio climático en cuanto al enorme efecto que podría tener sobre la vida en la Tierra. “Es otra serie de advertencias sobre el rumbo que estamos siguiendo hacia una catástrofe ecológica”, dijo Bruce Young, uno de los líderes del estudio y un científico sénior en NatureServe, un grupo de investigación sin fines de lucro especializado en conservación. Este tipo de colapso amenaza a los humanos porque los ecosistemas saludables brindan necesidades como tierra fértil, polinización y suministro de agua.

Entre los reptiles, las tortugas, con casi el 60 por ciento de las especies en peligro de extinción, y los cocodrilos, con la mitad, están recibiendo un golpe duro. Además de la pérdida de hábitats, ambos grupos están mermados a causa de la caza y la pesca.

Sin embargo, los resultados también producen una especie de alivio. Los científicos han sabido mucho menos sobre las necesidades de los reptiles, en comparación con los mamíferos, las aves y los anfibios, y temían que los resultados mostraran que los reptiles estaban desvaneciéndose porque requerían distintos métodos de conservación. En cambio, los autores quedaron sorprendidos del grado con el que las amenazas hacia los reptiles coinciden con las de otros animales.

“No se necesita ingeniería espacial para proteger a los reptiles; tenemos todas las herramientas que necesitamos”, dijo Young. “Reducir la deforestación tropical, controlar el comercio ilegal, mejorar la productividad en la agricultura para no tener que expandir nuestras zonas agrícolas. Todo eso ayudará a los reptiles, así como también ayudará a muchísimas otras especies”.

Los autores del estudio encontraron que el cambio climático era parte de la amenaza que enfrentaba el diez por ciento de las especies, lo cual sugería que en la actualidad no era un factor importante para la pérdida de reptiles. No obstante, según Young, los efectos podrían estar infrarrepresentados, porque los científicos simplemente no saben suficiente sobre muchos reptiles como para determinar si la temperatura en aumento en el planeta los amenaza a corto plazo.

Una cobra real jovenCredit…Eng Wah Teo/Alamy
Según los investigadores, el dragón de Komodo, el mayor lagarto del mundo, se encuentra entre los animales en peligro de extinción.Credit…Adam Dean para The New York Times

Lo que sí queda claro es que las víctimas del cambio climático, reptiles y demás, aumentarán de forma dramática en los próximos años si los líderes mundiales siguen sin controlar de manera adecuada las emisiones de gases de efecto invernadero, las cuales provienen en su mayor parte de la quema de combustibles fósiles. En septiembre, el dragón de Komodo, el lagarto más grande del mundo, fue clasificado como una especie en peligro de extinción en gran parte debido al aumento de las temperaturas y los niveles del mar que causa el cambio climático.

El estudio en reptiles incluye a 52 autores con contribuciones de más de 900 expertos de todo el mundo. Completarlo tomó más de 15 años, en parte porque fue difícil encontrar financiamiento.

“Para mucha gente, los reptiles no son carismáticos”, opinó Young. “Mucha de la atención se ha centrado en algunas de las especies más peludas o emplumadas”.

En total, el equipo estudió 10.196 especies. En 48 talleres realizados entre 2004 y 2019, grupos de especialistas locales recolectaron y evaluaron las especies una por una. Los hallazgos relacionados con cada reptil fueron revisados por un científico que estuviera familiarizado con la especie, pero no involucrado en el estudio, y luego de nuevo por personal de la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, el catálogo más completo sobre el estatus de las especies animales y vegetales a nivel mundial.

Con un 21 por ciento de especies bajo amenaza de extinción, se encontró que los reptiles corrían un mayor riesgo que las aves (de las cuales un 13 por ciento de las especies está amenazada) y un poco menos que los mamíferos (un 25 por ciento). A las especies anfibias, las cuales han sufrido enfermedades graves, además de otros efectos, les va bastante peor, con un 40 por ciento de las especies en peligro de extinción.

El estudio confirmó los resultados de un análisis anterior que extrapolaba el riesgo de extinción en los reptiles basándose en una muestra representativa aleatoria.

Las tortugas marinas, como esta tortuga de Kemp, están especialmente amenazadas por la pesca y la urbanización de las zonas costeras.Credit…Kayana Szymczak para The New York Times

Si todos los reptiles amenazados desaparecieran, según los autores, se llevarían consigo 15.600 millones de años de historia evolutiva. “Ahora que conocemos las amenazas a las que se enfrenta cada especie de reptil, la comunidad mundial puede dar el siguiente paso uniendo los planes de conservación con un acuerdo político global, invirtiendo en revertir la a menudo demasiado infravalorada y grave crisis de la biodiversidad”, dijo Neil Cox, quien codirigió el estudio y también dirige la Unidad de Evaluación de la Biodiversidad, una iniciativa conjunta de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y Conservación Internacional para ampliar la cobertura de la Lista Roja.

Este año, los países del mundo están elaborando un nuevo acuerdo mundial para hacer frente a la pérdida de biodiversidad. Si bien las amenazas a las especies son claras —el arrasamiento de los bosques para el ganado vacuno y el aceite de palma, por ejemplo—, es mucho más difícil que los países se pongan de acuerdo sobre cómo detenerlas. Una reunión celebrada en Ginebra el mes pasado acabó en frustración para muchos científicos y activistas, que describieron la falta de urgencia de los gobiernos tras dos años de retrasos relacionados con la pandemia. Los organizadores añadieron otra reunión en junio con la esperanza de avanzar antes de la última, que se celebrará en Kunming, China, a finales de este año.

La investigación sobre los reptiles identificó zonas críticas de reptiles en peligro en el sudeste asiático, África occidental, el norte de Madagascar, el norte de los Andes y el Caribe.

El estudio llena un hueco importante, comentó Alex Pyron, un biólogo evolutivo de la Universidad George Washington que se enfoca en la biodiversidad de reptiles y anfibios y no estuvo involucrado en la investigación. “Esto nos permite crear un panorama mucho más detallado de lo que era posible antes”, mencionó Pyron.

A los científicos les impactó en particular que la pérdida de hábitats debido a la deforestación, la agricultura y otras causas fuera una amenaza mucho mayor para la mayoría de los reptiles que factores como la contaminación y el cambio climático. Young, el colíder del estudio, comentó que, para resolver asuntos como estos, se iban a necesitar cambios significativos en la conducta humana y las economías pues “la causa principal es el consumo humano”.

Catrin Einhorn cubre la vida silvestre y la extinción para la sección Clima. También ha trabajado en la sección de Investigaciones, donde formó parte del equipo del Times que recibió el Premio Pulitzer 2018 al Servicio Público por su reportaje sobre acoso sexual. @catrineinhorn

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