Las ‘empanadas de la libertad’: un inesperado desafío al gobierno venezolano
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Hace poco, un automóvil se detuvo frente a un modesto restaurante en el estado de Guárico, en los extensos llanos de Venezuela. El conductor gritó desde detrás del volante: “¿Ustedes son las que el gobierno les cerró el negocio? Quiero una foto con ustedes”.
El hombre bajó del auto a toda velocidad y se acercó a Corina Hernández, de 44 años, una de las propietarias del restaurante. Y se hizo una selfi. “Todos estamos indignados”, le dijo.
Corina y su hermana Elys Hernández se han convertido en unas improbables heroínas políticas, justo cuando Venezuela se encamina a sus elecciones más competitivas en años.
¿Su transgresión? Venderle 14 desayunos y unas empanadas a la principal figura de la oposición del país. La respuesta del gobierno llegó pocas horas después: una orden que obligaba a las hermanas a cerrar temporalmente su negocio.
Nazareth Hernández mientras servía empanadas en su restaurante. El negocio ha recibido un amplio apoyo económico y pedidos de comida desde lugares tan lejanos como Alemania.