La falta de agua agravó el incendio forestal más letal de Chile, según denuncias
A medida que un incendio forestal arrasó con rapidez las ciudades de Viña del Mar y Quilpué en la costa del Pacífico de Chile el mes pasado, las llamas rodearon a los residentes en la calle, destruyeron casas y sobrepasaron la red de servicios públicos. Se cortó la electricidad, se interrumpieron las comunicaciones y no llegó el agua necesaria para una línea de defensa crítica: los hidrantes.
En este reportaje en video, varios bomberos y residentes de Quilpué y Viña del Mar dijeron a los reporteros de The New York Times que la escasez de agua obstaculizó los esfuerzos para salvar casas y detener el avance del fuego, lo que los obligó a tener que salir de algunos sectores de ambas ciudades.
El incendio forestal —el más mortífero de la historia de Chile, con 134 muertos y miles de casas destruidas— ardió fuera de control casi desde el principio, impulsado por unas condiciones climáticas extremas, fuertes vientos y árboles inflamables.
Según los bomberos y los residentes, la falta de agua empeoró las cosas.
Chile, un país inmerso en una prolongada sequía, se enfrenta a continuos problemas de abastecimiento de agua para combatir los incendios forestales en zonas urbanas.
En la región de Valparaíso, que incluye Viña del Mar y Quilpué, los expertos en incendios forestales afirman que el desarrollo desordenado ha hecho que las ciudades y pueblos sean especialmente vulnerables a los incendios forestales.
“Es un problema de oferta y demanda”, dijo Miguel Castillo, profesor del Laboratorio de Incendios Forestales de la Universidad de Chile, quien trabaja con las ciudades en medidas de prevención de incendios forestales.