A medida que desaparece el internet chino, ‘perdemos partes de nuestra memoria colectiva’
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Los chinos saben que en su país el internet es diferente. No existen Google, YouTube, Facebook ni X. Utilizan eufemismos en línea para comunicar las cosas que se supone que no deben mencionar. Cuando sus cuentas y mensajes son censurados, lo aceptan con resignación.
Viven en un universo paralelo. Lo saben; incluso bromean con ello.
Y ahora están descubriendo que, bajo una fachada repleta de videos cortos, livestreamings y comercio electrónico, su internet está desapareciendo a pedazos, y junto con él, su memoria colectiva.
El 22 de mayo, una publicación en WeChat que fue ampliamente compartida reportaba que casi toda la información publicada en portales de noticias, blogs, foros y redes sociales chinos entre 1995 y 2005 ya no se encontraba disponible.
“El internet chino se colapsa a un ritmo acelerado”, decía el titular. Como era de esperar, esa publicación fue rápidamente censurada.
“Creíamos que el internet tenía memoria”, decía la publicación de He Jiayan, un bloguero que escribe sobre empresarios de éxito. “Pero no nos dimos cuenta de que esta memoria es como la de un pez dorado”.