¿Dónde posó la ‘Mona Lisa’? Tal vez en Lecco
Ha sido embadurnada con pastel y rociada con ácido. Vigilantes la han robado y manifestantes le han lanzado sopa. La han iluminado con láser y la han pinchado, la han exhibido para las masas y la han relegado a su propia galería en el sótano. Más recientemente, miles de personas han instado al multimillonario Jeff Bezos a comprarla y luego comérsela.
Parece que los misterios de la Mona Lisa —el cuadro de Leonardo da Vinci que ha cautivado durante siglos a los amantes del arte, a los buitres de la cultura y al resto de nosotros— no tienen fin. ¿Quién es? (Probablemente Lisa Gherardini, esposa de un noble italiano). ¿Está sonriendo? (La respuesta breve: más o menos.) ¿Pretendía Da Vinci originalmente pintarla de otro modo, con el pelo recogido o en una bata de enfermera?
Aunque muchas cosas sobre el asunto más enigmático del mundo del arte han quedado relegadas al reino de lo insondable, ahora, en un extraño cruce de arte y geología, puede que haya un misterio menos: dónde estaba cuando Da Vinci la pintó.
Según Ann Pizzorusso, geóloga y estudiosa del arte del Renacimiento, el personaje de Da Vinci posa en Lecco, Italia, una idílica ciudad a orillas del lago de Como. La conclusión, según Pizzorusso, es obvia; ella se dio cuenta hace años, pero nunca se percató de su importancia.
“Vi la topografía cercana a Lecco y me di cuenta de que era el lugar”, dijo.
El anodino fondo tiene algunas características importantes; entre ellas, un puente medieval que la mayoría de los estudiosos han considerado la clave del escenario de Da Vinci. Pero, según Pizzorusso, son más bien la forma del lago y la piedra caliza gris blanquecina las que delatan a Lecco como el hogar espiritual del cuadro.
“Un puente es fungible”, dijo Pizzorusso. “Hay que combinar el puente con un lugar en el que estuvo Leonardo y la geología”.