El Vaticano actualiza sus directrices sobre los fenómenos sobrenaturales
La Iglesia católica lleva mucho tiempo atenta a las apariciones sobrenaturales, como las afirmaciones de avistamientos de la Virgen María, las madonas que lloran o los crucifijos que sangran. A lo largo de los siglos, solo ha respaldado un pequeño porcentaje de las miles de apariciones que se han reportado, en un esfuerzo por proteger a los fieles de charlatanes, errores doctrinales o intentos de obtener ganancias.
Sin embargo, la era de las redes sociales ha acelerado la propagación de afirmaciones no verificadas, por lo que el Vaticano teme que estos fenómenos puedan escapársele fácilmente de las manos y de su control.
Por ello, el viernes, el Vaticano dio a conocer nuevas y exhaustivas directrices para evaluar las visiones de la Virgen María y otros fenómenos sobrenaturales basados en la fe, en un documento que ofrece instrucciones detalladas a los obispos, quienes han sido los responsables de reportar las denuncias.
“La Iglesia necesita procedimientos claros”, señala el documento, cuyas directrices fueron aprobadas por el papa Francisco este mes, añadiendo que la intención no es negar todas las nuevas afirmaciones de avistamientos que surjan. “Las Reglas para proceder en el discernimiento de supuestos fenómenos sobrenaturales que ahora presentamos no pretenden necesariamente ser un control ni, menos aún, un intento de apagar el Espíritu”, señala el documento.
Dado que las apariciones u otros avistamientos son experiencias privadas e individuales, la Iglesia no exige a los fieles que acepten la autenticidad de tales acontecimientos. “La Iglesia da a los fieles la libertad de prestar atención” o no, declaró el viernes en una rueda de prensa el cardenal Víctor Manuel Fernández, jefe de la Oficina de Doctrina del Vaticano.