¿Fue misoginia? Australia se cuestiona tras el ataque masivo
Mary Aravanopoulos estaba abrazada a su hija, acurrucada para ponerse a salvo con otras 15 mujeres en la tienda de vestidos de organza etéreos. Habían visto pasar a un hombre por el pasillo del centro comercial, sin prisa, balanceando en la mano un gran cuchillo.
Pronto oyeron que apuñalaban a una mujer y luego a otra.
En medio de la confusión de aquellos momentos de pánico, Aravanopoulos dijo que pensó inmediatamente: “Dios mío, es contra las mujeres”.
El lunes, muchos otros australianos habían llegado a la misma conclusión sobre el espeluznante ataque con arma blanca del fin de semana en un centro comercial de Sídney, en el que murieron seis personas, cinco de ellas mujeres. De la decena de personas que resultaron heridas por lo que al parecer fue un acto aleatorio de violencia masiva —uno de los más mortíferos ocurridos en el país en las últimas décadas—, todas menos dos eran mujeres, entre ellas una bebé de apenas 9 meses.
Es posible que nunca se aclaren los motivos del agresor, del que se sabía que padecía una enfermedad mental y que fue abatido a tiros por una inspectora de policía, Amy Scott.
Pero para muchas personas, fue un recordatorio más de la misoginia y las amenazas de violencia que pueden sufrir las mujeres en la sociedad australiana. Menos de 24 horas antes de los apuñalamientos, cientos de personas habían salido a la calle para protestar por la reciente cadena de asesinatos de tres mujeres. Y el lunes, la sentencia de un caso civil parecía dar validez a una denuncia de violación que se remontaba a años atrás y que obligaba a replantearse cómo la clase dirigente australiana, dominada por hombres, había victimizado a las mujeres durante décadas.