¿Qué significaría la desaparición de la policía de la moralidad en Irán?
El fiscal general de Irán dijo este fin de semana que la unidad especial encargada de hacer respetar el severo código de vestimenta islámico para las mujeres del país había sido abolida. De ser verdad, sería el primer intento del gobierno por hacer alguna concesión tras casi tres meses de protestas.
La fuerza, que oficialmente se llama Patrulla de Orientación, ha sido uno de los detonantes de las protestas que comenzaron a mediados de septiembre, tras la muerte de Mahsa Amini, de 22 años, quien al momento de su fallecimiento estaba en custodia de la policía de la moralidad, que la había arrestado por violaciones del código de vestimenta. Las protestas se transformaron con rapidez en manifestaciones que abarcaban una variedad amplia de descontentos por el sistema de gobierno teocrático autoritario que ha estado vigente durante los últimos 43 años.
Desde el inicio del levantamiento, la policía de la moralidad ha desaparecido de las calles de Irán, suscitando dudas sobre su paradero y la situación de la llamada ley hiyab, que eran responsables de hacer cumplir y que exige que las mujeres, incluidas las visitantes extranjeras, se cubran el cabello y el cuerpo en público con ropa larga y holgada.
El fiscal general, Mohammad Javad Montazeri, mencionó el cierre de la fuerza el sábado durante una conferencia de prensa después de un evento religioso. Pero el estatus de la policía de la moralidad aún es incierto, ante la falta de una confirmación gubernamental del cierre.
E incluso si la fuerza se ha disuelto, parece poco probable que logre apaciguar a los manifestantes, cuyas demandas han ido mucho más allá de la eliminación del mandato obligatorio del uso de velo, o hiyab, y que han mantenido enfrentamientos con las fuerzas de seguridad en todo el país durante casi tres meses.
¿Quiénes son la policía de la moralidad y qué leyes hacen cumplir?
En los primeros años de la Revolución islámica de 1979, que llevó al poder a los líderes teocráticos, el gobierno fundó una rama especial de su fuerza policial con la tarea de regular la vestimenta de las mujeres y el comportamiento sexual. A lo largo de los años, esta unidad operó bajo diversas ramas de las fuerzas armadas y, en 2006, pasó a llamarse policía de la moralidad.
Durante la última década, la policía de la moralidad y la ley del hiyab se han convertido en símbolos sofocantes del control de la República Islámica sobre la vida de las mujeres. Se han apostado agentes de moralidad en ciudades de todo el país, donde patrullan las calles en camionetas blancas y verdes.
Entre sus deberes están: desalentar muchas formas de entretenimiento o vestimenta colorida; penalizar a los dueños de autos que sean sorprendidos transportando a mujeres con el cabello descubierto, e intervenir y cerrar negocios y conciertos donde se considera que las personas se comportan de manera no islámica.
El enfoque de la policía de la moralidad era veleidoso y sus castigos variaban de una reprimenda verbal a multas y arrestos.
Desde su introducción, las mujeres iraníes han desafiado la ley del hiyab, vistiendo abrigos a la moda y pañuelos de un modo en el que dejaban parte de su pelo al descubierto. La resistencia de las mujeres para mantener autonomía sobre su pelo y su cuerpo convirtió a la ley y a la policía de la moralidad en un punto contencioso constante.
Tras la elección en 2013 de Hasán Rouhani como presidente, la observancia de los códigos de moralidad se relajó levemente.
Pero con la elección en junio pasado del presidente actual, Ebrahim Raisi, un líder de mano dura, la policía de la moralidad volvió a surgir como un elemento constante en las plazas y los centros comerciales, trasladando en camionetas a las comisarías a las mujeres que se consideraba iban “mal cubiertas”. A las supuestas infractoras se les obligaba a firmar declaraciones en las que se comprometían a no violar el código de vestimenta y debían acudir a un curso de reeducación.
Tras la muerte de Amini en septiembre, el gobierno de Estados Unidos impuso nuevas sanciones a la policía de la moralidad iraní por presuntamente abusar de las mujeres y los manifestantes.
¿La policía de la moralidad se ha desintegrado realmente?
El estatus de la fuerza sigue siendo poco claro.
Desde la muerte de Amini, casi no se ven agentes de la policía de la moralidad. Pero, en su lugar, otras fuerzas de seguridad, entre ellas las milicias Basij, conocidas por su brutalidad, han estado golpeando y arrestando en las calles a las mujeres que desafían la ley del hiyab, según muestran videos publicados en las redes sociales.
El sábado, en un evento religioso, Montazeri, el fiscal general, respondió a una pregunta sobre el paradero de la policía de la moralidad y dijo que las autoridades que la crearon la habían abolido.
Sin embargo, agregó que el poder judicial continuaría monitoreando la conducta social, dejando abierta la posibilidad de que la ley del hiyab obligatorio continuara aplicándose.
Los comentarios se hicieron un día después de que Montazeri dijera que el poder judicial estaba trabajando con otras autoridades para redactar un proyecto de ley “relacionado con la castidad y el hiyab”, y se esperaba llegar a un acuerdo en 15 días.
Al día siguiente, Raisi, el presidente, dijo en una entrevista televisada que “existen métodos y mecanismos para la implementación de la ley que deben revisarse”, según IRNA, la agencia de noticias estatal de Irán.
Otras declaraciones de funcionarios iraníes no han ayudado a aclarar la situación actual de la policía de la moralidad.
El ministro de Exteriores de Irán, Hussein Amir Abdollahian, estaba el fin de semana en una visita oficial en Serbia y cuando en una rueda de prensa en Belgrado se le preguntó por la policía de la moralidad, no negó que la fuerza hubiera sido abolida y replicó: “En Irán, todo avanza bien en el marco de la democracia y la libertad”.
El domingo, un canal de la televisión estatal, Al Alam, pareció contradecir los comentarios del fiscal general, cuando reportó que habían sido sacados de contexto.
“Ningún funcionario de la República Islámica de Irán ha confirmado los reportes de que la Patrulla de Orientación ha sido abolida”, aseguraba el informe.
Otros canales estatales, no obstante, dijeron simplemente que el gobierno no se estaba retractando de la ley del hiyab obligatorio sin aclarar la situación de la policía de la moralidad.
Las diversas declaraciones pueden sugerir un desacuerdo dentro de la clase gobernante sobre una variedad de cuestiones relacionadas con cómo hacer cumplir la ley del hiyab, o si hacerla cumplir.
En una manifestación a favor del hiyab el lunes, en la ciudad santa de Qom, Hussein Jalali, miembro del Parlamento, dijo que el gobierno no se estaba retractando.
“No nos retiraremos de la política de hiyab y castidad, de otro modo la retirada sería equivalente a darse por vencido en toda la República Islámica”, dijo. “El hiyab es nuestra bandera y no la dejaremos caer”, añadió.
¿Cómo impactaría a las protestas y al pueblo iraní la desintegración de la policía de la moralidad?
Hasta ahora, la respuesta del gobierno a las manifestaciones ha sido denunciarlas y emplear la violencia para disuadirlas. La abolición de la policía de la moralidad sería la primera gran concesión del gobierno.
Pero no está claro que hacerlo tendría un efecto relevante: la eliminación de la fuerza podría verse como una medida de la desesperación del gobierno frente a las protestas masivas.
Muchos iraníes insisten en que una medida así solo sería un esfuerzo gubernamental para desviar la atención de una crisis que ha dejado al menos 400 personas muertas, entre ellas 50 menores, según los grupos de derechos. Naciones Unidas ha indicado que unas 14.000 personas han sido arrestadas.
Los activistas recurrieron a las redes sociales para desestimar el anuncio de la abolición de la policía de la moralidad, indicando que las medidas sucedían demasiado tarde y que las exigencias de los manifestantes ya iban más allá de la ley del hiyab y más bien buscaban cambiar todo el sistema.
“Para los iraníes de a pie, la policía de la moralidad ahora es irrelevante”, dijo Hadi Ghaemi, director del Centro de Derechos Humanos en Irán, una organización independiente con sede en Nueva York. La ola reciente de descontento había desmantelado de facto a la unidad, dijo, debido a que probablemente tuvo que ser armada y reubicada para combatir la violencia en las calles.
“Sus reclamos ahora son mucho más profundos que solo la policía de la moralidad o la ley del hiyab, estas no son las razones por las que cientos siguen poniendo su vida en riesgo”, dijo Ghaemi de los manifestantes. “Esto se ha convertido en algo mucho más grande que está cuestionando todo el sistema político”.
Eliminar la policía de la moralidad habría sido efectivo de haber sucedido inmediatamente después de la muerte de Amini, dijo. Pero en este momento solo era un intento desesperado de quitarle valor a las exigencias más profundas de los manifestantes que piden poner fin al gobierno teocrático autoritario.
En todo caso, dijo, las medidas del gobierno pueden servir para envalentonar a más manifestantes, que han convocado una huelga de tres días y protestas nocturnas hasta el miércoles de esta semana.
Farnaz Fassihi colaboró con reportería.
Cora Engelbrecht es reportera y editora de artículos en la sección de Internacional, con sede en Londres. Se unió al Times en 2016. @CoraEngelbrecht